En un contexto en el que la sostenibilidad es uno de los objetivos primordiales de todas las empresas; ¿quién no ha oído hablar de los vehículos de hidrógeno? Lamentablemente, la mayoría de las personas, ¡pero aquí estamos para solucionarlo!
- ¿Qué son los vehículos de hidrógeno?
- Historia de los coches de hidrógeno
- Diferencias entre los vehículos de hidrógeno y los vehículos eléctricos
- Ventajas e inconvenientes de los vehículos de hidrógeno
¿Qué son los vehículos de hidrógeno?
Se trata de coches que son propulsados a partir de una pila de combustible que se recarga mediante unos tanques de hidrógeno en los que se mezcla este gas con el oxígeno, generando energía eléctrica y permitiendo la circulación del coche.
En definitiva, es un vehículo que va un paso más allá en sostenibilidad; ya que lo único que expulsa a través de su tubo de escape es vapor de agua. Entonces, ¿por qué no se habla de él? ¿Por qué no está más extendido? ¿Por qué la gente no lo compra? Porque pese a sus ventajas, cuenta con importantes inconvenientes que veremos más adelante y que necesitan un plan de soluciones urgente.
Historia de los coches de hidrógeno
Aunque puede parecer algo reciente, este método para generar energía eléctrica fue descubierto en 1842 por el físico galés William Grove.
Sin embargo, no fue hasta 1966 cuando se utilizó en el sector de la automoción, año en el que General Motors presentó la Electrovan, una furgoneta con un tanque de hidrógeno líquido y otro de oxígeno líquido que, combinados con un motor eléctrico, permitían alcanzar los 100 km/h y rozar los 200 km de autonomía.
Recién entrados en el siglo XXI, en 2002, Toyota empezó a investigar en este sistema de propulsión y fabricó su primer vehículo de hidrógeno en 2014, el Mirai. Pese a sus esfuerzos, Honda se le adelantó en 2008 con el FCX Clarity y Hyundai en 2013 con el ix35 Fuell Cell.
Toyota, Honda y Hyundai, por tanto, son los que lideran el cotarro. De hecho, los tres modelos mencionados anteriormente son los únicos que se pueden comprar en España actualmente. Otras marcas como BMW, Hopium o Jaguar Land Rover también han sacado al mercado un modelo de hidrógeno; pero todavía no han llegado a nuestro país.
Diferencias entre los vehículos de hidrógeno y los vehículos eléctricos
Los vehículos de pila de combustible o hidrógenos, como hemos visto, se recargan a través de hidrógeno y oxígeno. Mientras que los eléctricos precisan de un enchufe que cargue directamente su batería con energía eléctrica.
En resumen, los hidrógenos producen la energía eléctrica en su propio interior y los eléctricos se alimentan de la ya creada en el exterior. Aunque ambos son sostenibles, los de hidrógeno van un paso más allá.
Además, los coches de pila de combustible repostan de la misma forma que un coche diésel o gasolina, es decir, en cinco minutos y a través de una manguera. La diferencia es que el contenido es hidrógeno y oxígeno y no un combustible fósil, lo que se traduce en mucha menor contaminación para el planeta.
Ventajas y desventajas de los vehículos de hidrógeno
Aunque todavía hay mucho que pulir para aumentar su comercialización, los coches de hidrógeno presentan un increíble potencial derivado de las siguientes ventajas:
- Es un coche “cero emisiones”, es decir, luce la etiqueta ECO de la DGT. Por tanto, no genera gases contaminantes para el medio ambiente y, a su vez, se beneficia de privilegios como poder acceder a las grandes ciudades en cualquier circunstancia sin preocuparse por los protocolos de contaminación.
- No dependen de un enchufe y se cargan en cinco minutos. El proceso de repostaje de los coches de pila de combustible es similar a los diésel o gasolina, ya que necesitan un surtidor y una manguera con la diferencia de que en vez de hacerlo en una gasolinera, lo hacen en una hidrogenera.
- Por lo general, presentan una autonomía notablemente mayor que los eléctricos.
- El hidrógeno es una materia prima “ilimitada”. Se puede extraer de múltiples sustancias, entre ellas el agua, por lo que es inagotable.
Que no se escuche hablar de los coches de pila de combustible no es casualidad, sino fruto de una serie de desventajas que impiden su desarrollo:
- Existen muy pocas hidrogeneras en España y ninguna es de uso público. Cuando decimos muy pocas no estamos exagerando, hablamos de que España hay únicamente unas seis. El objetivo de aquí a pocos años es que el número se incremente considerablemente, pero actualmente esto imposibilita el hecho de tener un coche de hidrógeno de uso privado.
- La oferta es limitada. A consecuencia de lo anterior, nadie quiere comprar un coche que depende de seis puntos de repostaje en toda la Península, por lo que las marcas no invierten esfuerzos en apostar por el hidrógeno y aumentar la oferta de coches de este tipo.
- Otro gran inconveniente es el precio, ya que son más caros de desarrollar y de producir, lo que no pone fácil que las otras desventajas dejen de existir. Sus precios no suelen bajar de los 65.000€, por lo que están al alcance de muy pocos.
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Ahora que ya tienes toda la información en tu mano, ¿tú qué crees? ¿Merece la pena apostar por el hidrógeno ya? Numerosas fuentes afirman y aseguran el potencial de los vehículos de hidrógeno, pero parece que queda un largo recorrido por delante hasta conseguir equipararlos al nivel de los eléctricos comúnmente conocidos o, pongámonos a soñar, los que se alimentan de combustibles fósiles.